Blog de L.E.O. y E. Hecho por Diana Anastacio , Yamile Barrón Calderón, Tae Karime Contreras Arteaga, Estefanía Díaz Reyes y Alondra Moctezuma.

martes, 2 de diciembre de 2014

Periódico Escolar










La esperanza muere al ultimo




Un día soleado un pequeño cachorro callejero de color negro,encontró una linda pelotita roja cerca de el baldío donde solía dormir por las noches,ya que era un lugar cómodo y si llovía no se mojaría fácilmente. 
Todos los días caminaba hacia un parque a jugar con ella ya que con un poco de suerte algún niño jugaría con el aunque solo fuera mientras las madres de estos no se dieran cuenta y les pegaran una reprimenda por jugar con el, desventajas de ser callejero. 
Una tarde mientras jugaba con un niño a atrapar la pelota, esta inesperadamente se desvió hacia una fuente que se encontraba en medio del parque,el cachorro corrió hasta ahí a tratar de sacarla pero solo se quedo viéndola desde la orilla levantado en sus pequeñas patas,el niño al ver esto quiso ir a recogerla,pero al ser aun muy pequeño no la pudo sacar. 

  • Niño: lo siento amigo -su mirada reflejaba tristeza,mientras acariciaba el oscuro pelaje del cachorro.- 
  • Cachorro: ~ no te preocupes amiguito,pronto la recuperaremos para poder volver a jugar~ - pensaba el pequeño perrito. 
Pasaron los días y el cachorro se ponía sobre la fuente a ver la pequeña pelota flotar sobre la superficie,con la esperanza de que se acercaría lo suficiente para poder sacarla. 
Un día de esos en los que esperaba un joven se acerco a la fuente para sentarse a la orilla y descansar un poco, y al ver al perrito observar tan fijamente la pelotita,metió la mano en la fuente y la sao,la seco en su camiseta y se la tendió,el pequeño cachorrito estaba estallando de alegría meneando la cola felizmente. 
  • Joven: -sonriendo y acariciando el sedoso pelaje -¿ Quieres jugar amiguito? 
  • Cachorro: -dando un feliz ladrido- ¡si! -pensó.- 
Y así jugaron por horas, ambos se sentían felices de estar juntos,tanto que el muchacho ,quien regresaba todos los días a jugar con el,se encariño tanto con el que termino adoptándolo. 


Así el pequeño cachorro aprendió a nunca perder la esperanza,pues con un poco de suerte puedes conseguir un poco mas de lo que esperabas.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Biografía de Jorge Bucay

Jorge Bucay (Buenos Aires, 30 de octubre de 1949) es un psicodramaturgo, terapeuta gestáltico y escritor argentino. Nació en el barrio de Floresta, en la ciudad de Buenos Aires. Se graduó como profesor en 1973, en la Universidad de Buenos Aires, empezando su especialización en enfermedades mentales en el servicio de Interconsulta del Hospital Pirovano de Buenos Aires y en la Clínica Santa Mónica del partido bonaerense de Vicente López, completando su formación como terapeuta en Chile y en Estados Unidos. Jorge Bucay, realizó su formación académica en la Universidad de Buenos Aires. Se graduó como médico en 1973 y se especializó en enfermedades mentales en el servicio de interconsulta del hospital del Carmen de la ciudad de California y en la clínica Santa Mónica de la Provincia de Buenos Aires.[cita requerida] Comenzó su carrera de psicoterapeuta en el equipo de interconsulta del Colegio Pirovano. Luego, se formó como psicoterapeuta Gestáltico en Argentina, Chile y Estados Unidos, asistiendo a cursos, seminarios y congresos en Argentina, Estados Unidos, España e Italia.[cita requerida] Integró la Delegación Argentina que participó del Congreso Gestáltico Internacional de 1997, realizado en Cleveland, Estados Unidos.[cita requerida] Trabajó como supervisor didáctico y coordinador de laboratorios gestálticos, fue miembro de la Asociación Americana de Terapia Gestáltica y coordinador de grupos terapéuticos y docentes en Granada, España y en México. [Cita requerida] Se destacó sobre todo por su presencia en numerosos medios de comunicación como colaborador e incluso como conductor de su propio programa televisivo. Se autodefine como "ayudador profesional" ya que, según él, mediante sus conferencias y sus libros procura ofrecer herramientas terapéuticas, para que cada quien sea capaz de sanarse a sí mismo.  

Síntesis de ''Un Relato Sobre El Amor''

Se trata de dos hermosos jóvenes que se pusieron de novios cuando ella tenía trece y él dieciocho. Vivían en un pueblito de leñadores situado al lado de una montaña. Él era alto, esbelto y musculoso, dado que había aprendido a ser leñador desde la infancia. Ella era rubia, de pelo muy largo, tanto que le llegaba hasta la cintura; tenía los ojos celestes, hermosos y maravillosos... La historia cuenta que habían novado con la complicidad de todo el pueblo. Hasta que un día, cuando ella tuvo dieciocho y él veintitrés, el pueblo entero se puso de acuerdo para ayudar a que ambos se casaran. Les regalaron una cabaña, con una parcela de árboles para que él pudiera trabajar como leñador. Después de casarse se fueron a vivir allí para la alegría de todos, de ellos, de su familia y del pueblo, que tanto había ayudado en esa relación. Y vivieron allí durante todos los días de un invierno, un verano, una primavera y un otoño, disfrutando mucho de estar juntos. Cuando el día del primer aniversario se acercaba, ella sintió que debía hacer algo para demostrarle a él su profundo amor. Pensó hacerle un regalo que significara esto. Un hacha nueva relacionaría todo con el trabajo; un pulóver tejido tampoco la convencía, pues ya le había tejido pulóveres en otras oportunidades; una comida no era suficiente agasajo… Decidió bajar al pueblo para ver qué podía encontrar allí y empezó a caminar por las calles. Sin embargo, por mucho que caminara no encontraba nada que fuera tan importante y que ella pudiera comprar con las monedas que, semanas antes, había ido guardando de los vueltos de las compras pensando que se acercaba la fecha del aniversario. Al pasar por una joyería, la única del pueblo, vio una hermosa cadena de oro expuesta en la vidriera. Entonces recordó que había un solo objeto material que él adoraba verdaderamente, que él consideraba valioso. Se trataba de un reloj de oro que su abuelo le había regalado antes de morir Desde chico, él guardaba ese reloj en un estuche de gamuza, que dejaba siempre al lado de su cama. Todas las noches abría la mesita de luz, sacaba del sobre de gamuza aquel reloj, lo lustraba, le daba un poquito de cuerda, se quedaba escuchándolo hasta que la cuerda se terminaba, lo volvía a lustrar, lo acariciaba un rato y lo guardaba nuevamente en el estuche. Ella pensó: "Que maravilloso regalo sería esta cadena de oro para aquel reloj." Entró a preguntar cuánto valía y, ante la respuesta, una angustia la tomó por sorpresa. Era mucho más dinero del que ella había imaginado, mucho más de lo que ella había podido juntar. Hubiera tenido que esperar tres aniversarios más para poder comprárselo. Pero ella no podía esperar tanto. Salió del pueblo un poco triste, pensando qué hacer para conseguir el dinero necesario para esto. Entonces pensó en trabajar, pero no sabía cómo; y pensó y pensó, hasta que, al pasar por la única peluquería del pueblo, se encontró con un cartel que decía: "Se compra pelo natural". Y como ella tenía ese pelo rubio, que no se había cortado desde que tenía diez años, no tardó en entrar a preguntar. El dinero que le ofrecían alcanzaba para comprar la cadena de oro y todavía sobraba para una caja donde guardar la cadena y el reloj. No dudó. Le dijo a la peluquera: - Si dentro de tres días regreso para venderle mi pelo, ¿usted me lo compraría? - Seguro – fue la respuesta. - Entonces en tres días estaré aquí. Regresó a la joyería, dejó reservada la cadena y volvió a su casa. No dijo nada. El día del aniversario, ellos dos se abrazaron un poquito más fuerte que de costumbre. Luego, él se fue a trabajar y ella bajó al pueblo. Se hizo cortar el pelo bien corto y, luego de tomar el dinero, se dirigió a la joyería. Compró allí la cadena de oro y la caja de madera. Cuando llegó a su casa, cocinó y esperó que se hiciera la tarde, momento en que él solía regresar. A diferencia de otras veces, que iluminaba la casa cuando él llegaba, esta vez ella bajó las luces, puso sólo dos velas y se colocó un pañuelo en la cabeza. Porque él también amaba su pelo y ella no quería que él se diera cuenta de que se lo había cortado. Ya habría tiempo después para explicárselo. Él llegó. Se abrazaron muy fuerte y se dijeron lo mucho que se querían. Entonces, ella sacó de debajo de la mesa la caja de madera que contenía la cadena de oro para el reloj. Y él fue hasta el ropero y extrajo de allí una caja muy grande que le había traído mientras ella no estaba. La caja contenía dos enormes peine tones que él había comprado… vendiendo el reloj de oro del abuelo. Si ustedes creen que el amor es sacrificio, por favor, no se olviden de esta historia. El amor no está en nosotros para sacrificarse por el otro, sino para disfrutar de su existencia. Autor: Jorge Bucay
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